El presidente electo de Argentina, Javier Milei, ha generado controversia al anunciar su intención de derogar la Ley de Alquileres, una medida que ha sembrado incertidumbre en el mercado inmobiliario. El polémico líder ha expresado su deseo de considerar los contratos de alquiler como acuerdos entre partes, desafiando las restricciones actuales impuestas por la ley vigente.
Milei argumenta que la actual legislación solo ha causado perjuicios y ha afectado a aquellos a quienes se suponía proteger. En particular, destaca la prohibición de celebrar contratos en dólares, una restricción impuesta por la Ley 27.737. El presidente electo aboga por la libertad monetaria, proponiendo que los contratos se puedan pactar en "cualquier moneda", lo cual va en contra de la normativa existente.
Esta postura ha generado reacciones mixtas entre propietarios e inquilinos. Mientras los primeros sostienen que la ley actual no los beneficia y ha resultado en un récord histórico de "retiro de alquileres", los segundos temen que la derogación de la ley pueda llevar a un escenario de hacinamiento o incluso a quedarse sin hogar.
La incertidumbre en torno a la derogación propuesta ha impactado directamente en la firma de nuevos contratos de alquiler. Antes de la elección, las negociaciones ya se encontraban en una situación delicada, y ahora, la especulación y la reticencia a comprometerse aumentan ante la falta de claridad sobre el futuro del mercado inmobiliario después del 10 de diciembre.
Milei sostiene que los acuerdos de alquiler deben regirse por el Código Civil y Comercial vigente, argumentando que allí se encuentran las regulaciones adecuadas para abordar los contratos, la vida comercial, las personas y la responsabilidad en el país. Esta postura plantea interrogantes sobre cómo se desenvolverá el mercado inmobiliario bajo una nueva perspectiva legal.
El anuncio de Javier Milei de derogar la Ley de Alquileres ha provocado inquietud y especulación en el mercado inmobiliario argentino. Mientras propietarios y inquilinos expresan preocupaciones opuestas, la incertidumbre en torno a la dirección futura del sector ha llevado a una ralentización en la firma de contratos. El próximo 10 de diciembre marcará el inicio de una nueva era para el mercado inmobiliario argentino, y será interesante observar cómo estas propuestas se traducirán en cambios concretos para los actores involucrados.
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